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Trastorno Obsesivo Compulsivo | Causas, diagnóstico y compulsiones frecuentes.

Las obsesiones o trastorno obsesivo, se definen como pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que causan ansiedad, miedo y angustia. Son intrusivas, invaden la conciencia (lógicamente, quien las sufre, no quiere traerlas a su mente).

Las compulsiones más frecuentes en el TOC

Necesidad de limpiar

A la mayoría, por no decir a todos, nos gusta tener la casa limpia y ordenada. Es más, un entorno pulcro y aseado aporta tranquilidad mental.

Sin embargo, algunas personas acaban convirtiendo una necesidad en una obsesión y es entonces cuando se puede sospechar la manifestación de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Necesidad de ordenar

Ordenar el armario por colores, la librería por autores y las especias por orden alfabético puede ser un recurso útil. El problema comienza si cuando algo no ocupa el lugar designado se desencadena un sentimiento de malestar o ira.

Compulsiones relacionadas con la acumulación

El trastorno de acumulación compulsiva es una dificultad persistente para desechar o separarse de las pertenencias, ya que se tiene la percepción de que hay que guardarlas. Una persona con trastorno de acumulación compulsiva se angustia ante la idea de desprenderse de los objetos. Se produce una acumulación excesiva de objetos, independientemente de su valor real.

Compulsiones de comprobación

La necesidad de comprobación o de verificación es algo que nos ha pasado a todos, pero no siempre se trata de una patología. Por estas despistado o pensando en otras cosas, vuelves a comprobar si has cerrado la puerta, si has apagado las luces, si has mirado bien la hora del reloj… Seguro que lo has hecho alguna vez.

Pero eso no es un TOC. Estos gestos se convierten en un problema cuando se hacen de forma repetitiva y durante un largo periodo de tiempo.

Hay muchos más tipos de toc raros o poco comunes, pero los más frecuentes son los que hemos visto con anterioridad.

Causas del trastorno obsesivo compulsivo

No se conocen bien las causas del trastorno obsesivo compulsivo, aunque se han identificado diferentes factores que pueden intervenir en el desarrollo de esta enfermedad psiquiátrica. Desde una perspectiva biológica se ha constatado que las personas que la sufren presentan alteraciones del lóbulo frontal del cerebro y en la secreción de serotonina.

Este neurotransmisor  está implicado en la regulación del estado de ánimo, la agresividad y la impulsividad, además de modular la transmisión de información de una neurona a otra, un proceso este último que en las personas con TOC se desarrolla con mayor lentitud que en las personas normales.

También se sabe que existen factores genéticos que condicionan el desarrollo del TOC, aunque se desconoce el modo en que se transmiten. No obstante también hay que tener en cuenta que existen acontecimientos o situaciones puntuales en la vida de una persona que pueden actuar como desencadenantes: pueden ser enfermedades propias o de un familiar, la muerte de un ser querido, una separación o divorcio, una educación muy rígida durante la infancia, algún trauma, etc.

Criterios diagnósticos básicos del TOC

Las personas con comportamientos obsesivo compulsivos tienen
pensamientos indeseados (obsesiones) ante los cuales sienten la
necesidad de reaccionar (compulsiones).

Para ayudar a diagnosticar el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), los profesionales de la salud mental usan la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés)1 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

A continuación presentamos los criterios de diagnóstico de manera
resumida. Por favor, tenga en cuenta que están aquí solo para que usted
se informe y que no deben usarse para autodiagnosticarse. Si tiene
inquietudes sobre alguno de los síntomas enumerados, debe consultar con
un proveedor de atención médica capacitado y con experiencia en el
diagnóstico y tratamiento del TOC.

Las obsesiones se definen según los dos aspectos siguientes:

  • Pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten
    constantemente. Estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales son
    indeseados y causan mucha ansiedad o estrés.
  • La persona que tiene estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales trata de ignorarlos o de hacer que desaparezcan.

Las compulsiones se definen según los dos aspectos siguientes:

  • Conductas (por ejemplo, lavarse las manos, colocar cosas en un orden
    específico o revisar algo una y otra vez como cuando se verifica
    constantemente si una puerta está cerrada) o pensamientos (por ejemplo,
    rezar, contar números o repetir palabras en silencio) que se repiten una
    y otra vez o según ciertas reglas que se deben seguir estrictamente
    para que la obsesión desaparezca.
  • La persona siente que el propósito de estas conductas o pensamientos
    es prevenir o reducir la angustia, o evitar una situación o
    acontecimiento temido. Sin embargo, estas conductas o pensamientos no
    tienen relación con la realidad o son claramente exagerados.

Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:

  • Las obsesiones o compulsiones consumen mucho tiempo (más de una hora
    por día), o causan una intensa angustia o interfieren en forma
    significativa con las actividades diarias de la persona.
  • Los síntomas no se deben al consumo de medicamentos u otras drogas ni a otra afección.
  • Si la persona padece otro trastorno al mismo tiempo, las obsesiones o
    compulsiones no se pueden relacionar tan solo con los síntomas del
    trastorno adicional. Por ejemplo, para recibir el diagnóstico del TOC,
    una persona que padezca un trastorno de la alimentación también debe
    tener obsesiones o compulsiones que no se relacionen solo con los alimentos.

El diagnóstico también debe indicar si la persona con TOC comprende
que los pensamientos obsesivo compulsivos pueden no ser ciertos, o si
está convencida de que son verdaderos (por ejemplo, es posible que
alguien sepa que no es necesario revisar la estufa [cocina] 30 veces,
pero que sienta que debe hacerlo de todas maneras).

El diagnóstico también debe indicar si una persona con TOC tiene o ha
tenido un trastorno de tic. Las personas con TOC y con trastornos de
tics tienden a diferenciarse de aquellas sin antecedentes de trastornos
de tics respecto de sus síntomas, la presencia de otros trastornos y la
manera en que se manifiesta el TOC en la familia.

Ejemplo de Trastorno Obsesivo Compulsivo

La persona para eliminar las emociones negativas que producen, pone en marcha todo tipo de compulsiones. Veámoslo con el siguiente ejemplo:

Imaginemos que alguien se encuentra un lunar y se obsesiona con que es un tumor. Su conciencia se verá invadida por pensamientos del tipo ¿Y si es cáncer? ¿Y si no me curo? ¿Y si…? ¿Y si…? ¿Y si…? Y el último de ellos, siempre es ¿Y si me muero?

En este caso, al verse el lunar la persona debería acudir al médico y empezar las pruebas de evaluación hasta establecer un diagnóstico. Los Psicólogos debemos ofrecer recursos al paciente para gestionar la incertidumbre que le va a generar el momento de descubrirse el lunar y, sobre todo, el tiempo que va a durar la evaluación hasta establecer el diagnóstico.

Ejemplo de compulsión y recursos

Uno de los recursos sería “La terapia del no lo sé, ya se verá…” Cuando la persona se ve invadida por la incertidumbre de desconocer el diagnóstico (recordemos que caben posibilidades de que sea algo maligno, al menos en algún grado) puede ejecutar diversas compulsiones como comprobar (tocárselo y mirárselo repetidas veces), pedir opinión a amigos y familiares, mirar en internet (que es la peor fuente documental que existe), racionalizar (usar la lógica para convencerse de que no es maligno), etc.

Todas ellas, con el mismo objetivo de reducir la incertidumbre y las emociones negativas. Ninguna de ellas sirve a medio y largo plazo. Es cierto que alivian el malestar a corto plazo, pero a medio y a largo plazo lo incrementan (las compulsiones son el “combustible” que alimenta el proceso obsesivo).

Recursos

Únicamente sirve “aliarse” al enemigo, en este caso, a la incertidumbre a través de “La terapia del no lo sé, ya se verá…” No sé qué es este lunar, hay que hacer una evaluación y se verá el resultado… Desconozco cuál es el diagnóstico, el médico tiene que verlo y se verá cuál es el resultado… No sé si voy a tener un problema grave o no, tendré que verlo cuando me den los resultados. En caso de que haya un problema, tendré que ver si es pequeño, mediano o grande… pero ahora mismo, ni lo sé ni lo puedo saber… Se tiene que ver…

Al paciente, en esas circunstancias le pueden llegar mil dudas (incertidumbre) mil ¿Y sis? que se combaten entendiendo que no tenemos la bola de cristal, que hay que ir viendo las cosas, cómo viene la vida… Poco a poco, sin anticipar. Ante un síntoma tendremos que ver primero si es un problema serio (ej: un tumor) o no. Y en caso de que se confirme el problema ver cuál es su gravedad (ej: estadio del tumor). En cualquier caso, las pruebas hasta el diagnóstico son un camino caracterizado, lógicamente, por incertidumbre y la incertidumbre genera, a su vez, miedo, angusia, ansiedad. No es muy agradable estar en la incertidumbre y cada persona tiene su capacidad para gestionarla y su límite.

Hay que aliarse con la incertidumbre

La mejor manera de recorrer este camino es aliándose a la incertidumbre que, en realidad es, asumir que hay un síntoma que puede ser potencialmente peligroso (o no). Que existan esas probabilidades negativas no quiere decir que vaya a resultar así. Realmente el problema que esa persona tiene es que ha perdido la objetividad, es decir, a esas probabilidades (%) de que exista algo grave le concede la máxima potencia (cree al 100%), con nuestro ejemplo, que tiene un cancer. Y no es así para nada, ante el síntoma hay que ver si es un problema grave o no y si lo es, en qué grado y cuál es la solución. Aún en caso de confirmarse el tumor, por seguir con este ejemplo, habría un tratamiento que poner en marcha y habría que ver su efecto. Ni síntoma significa muerte, ni tumor hoy en día significa muerte.

Ahora bien, estamos todos de acuerdo que gestionar la incertidumbre cuesta y hay que aprender a “doblegarla”.

Ejemplo de trastorno obsesivo compulsivo

Es muy importante entender, también, que el cuerpo manifiesta síntomas constantemente y eso no significa que sea algo grave. De hecho, es adaptativo que el cuerpo emita síntomas porque si no, moriríamos. Por ej. Si no aparece un dolor abdominal interno, no sabemos que se está produciendo una apendicitis y no se puede tratar.

Cuando el médico da el diagnóstico y confirma que todo está bien, que el síntoma no era un problema grave, el paciente se queda tranquilo, aliviado. En caso de que eso no ocurra, hablamos ya, de hipocondría que es, un trastorno de la ansiedad, un bucle de preocupaciones y obsesiones por la salud.

Referencia

  1. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, fifth edition: DSM-5.  Washington, DC: 2013.

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